Los maestros somos cada día más conscientes de la importancia de la educación emocional, de su relación con en el rendimiento escolar y de su gran influencia en el logro del bienestar tanto físico como psicólógico de un niño. Sabemos que no puede quedar relegada al entorno familiar y, por tanto, los programas escolares deben incluir sistemáticamente el trabajo con las emociones. Es importante que puedan comenzar en Educación Infantil a identificar en sí mismos y en otros las emociones básicas y continuar en Educación Primaria, y posteriormente en Secundaria, conociendo emociones más complejas. De este modo, durante la infancia y adolescencia realizarán aprendizajes que les ayudarán a ser personas sanas y equilibradas.
Hoy presento un vídeo de un psicólogo, Tomás Navarro, que nos habla de la salud emocional. Me parece de interés para dedicarle una entrada en este blog del mar de palabras, entre las cuales están las referidas al vocabulario emocional. En el vídeo nos explica qué podemos enseñarles a nuestros niños en relación a la educación emocional:
– Podemos enseñarles a leer las emociones propias y ajenas.
– Podemos enseñarles que tienen capacidad de amar y de ser amados.
– Podemos enseñarles a perseverar ante la adversidad.
– Podemos enseñarles habilidades de afrontamiento.
– Podemos enseñarles a descubrir su capacidad de automotivación
– Podemos enseñarles a gestionar conflictos.
– Podemos despertar su curiosidad por aprender.
– Podemos enseñarles respeto y responsabilidad.
– Podemos enseñarles a tomar decisiones.
– Podemos enseñarles a gestionar el riesgo.
En definitiva, podemos enseñarles a desarrollar competencias emocionales que les capacitarán para una vida plena, fomentando el bienestar personal y social. Las emociones SÍ importan y no se puede separar lo cognitivo de lo emocional. Es necesario que los maestros sepamos generar en nuestras aulas climas emocionales positivos y seguros, en los que nuestros alumnos puedan asumir con naturalidad los errores, aprendiendo de ellos; donde puedan aprender a colaborar con sus compañeros en trabajos cooperativos, resolviendo los conflictos que surjan y aportando cada uno aquello que mejor sepa hacer, siendo todos protagonistas activos de los aprendizajes.
«Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto», decía Aristóteles. Enseñemos a nuestros alumnos a utilizar la razón para gestionar las emociones y a darse cuenta de que lo que sienten depende, en gran medida, de lo que piensan. Las emociones inducen, en mayor o menor medida, las conductas que practican; por tanto, su adecuado manejo les hará más dueños de lo que hacen y les permitirá actuar de acuerdo a unos valores compartidos. Otro aspecto fundamental que aprenderán con la educación emocional, queda recogido en estas sabias palabras del neuropsicólogo A. Damasio: «No se pueden tomar decisiones acertadas si la emoción y la razón no van de la mano»
En una entrada próxima publicaré la curación de contenidos sobre educación emocional que estoy elaborando en Pinterest, con información diversa y recursos para utilizar con alumnos de diversas edades.
Este es el enlace al vídeo de RTVE en el que se puede ver y escuchar a Tomás Navarro hablar de este tema.