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Tabletas en el aprendizaje.

tableta

En el siglo XXI nos encontramos con la irrupción de las TIC en todos los ámbitos de la sociedad. En los últimos años se han ido produciendo cambios en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, motivados por la llegada de las TIC, que nos han posibilitado realizar, vía internet desde una tablet, muchas operaciones que antes requerían que nos desplazásemos a un lugar determinado (compra del supermercado, solicitud de cita médica, realización de una transferencia bancaria, reserva de entradas para un espectáculo, adquisición de billetes de tren/avión, etc). Si la escuela es una preparación para la vida, sin duda, debe abrir la puerta al uso de estos dispositivos, que introducirán importantes cambios metodológicos en el terreno educativo, por su enorme potencial para la búsqueda y presentación de información, o la comunicación y colaboración en un proyecto común, por ejemplo.

En mi opinión,  la introducción de las tabletas en las aulas, sin entrar en el análisis del coste económico que supondría que todos los alumnos pudieran disponer de una, me parece algo positivo, siempre y cuando no se olvide que la tecnología “no es un fin, sino un medio” para alcanzar objetivos pedagógicos. Las ventajas de utilizar las TIC en el aula dependen directamente del uso que, como docentes, hagamos de ellas. Nuevos recursos requieren nuevas metodologías; por tanto, profesores y maestros debemos formarnos adecuadamente para aprovechar todo el potencial de estos dispositivos.

El uso de herramientas y recursos TIC como un elemento más -nunca el único- y en el contexto de una metodología activa, en la que los alumnos son los protagonistas, permitiría entre otras cosas las siguientes:

  • Aumentar la motivación de los alumnos hacia los aprendizajes.
  • Llevar a cabo metodologías innovadoras donde los alumnos adquieren competencias básicas digitales en relación a la búsqueda/selección de información, y a su organización para la elaboración de proyectos de investigación sobre un tema determinado.
  • Desarrollar a los alumnos competencias que necesitarán como futuros profesionales en la sociedad del siglo XXI: trabajo en equipo, resolución de problemas, creatividad y comunicación. Las TIC posibilitan, entre otras cosas, el aprendizaje cooperativo, sin ningún tipo de limitación del entorno, compartiendo con otras personas el resultado del  propio trabajo y conociendo el trabajo compartido por otros.
  • Aumentar las interacciones profesores-alumnos, ya que facilitan que el profesor proporcione un feed-back continuo y personalizado al trabajo de cada alumno.

¿Qué edad consideras más adecuada para introducir tabletas en el aula? 

Puedes dar tu opinión respondiendo esta encuesta.

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Mirada de maestra.

 

Imagen de freepik

Veo otro curso escolar finalizar, con la satisfacción de haber acompañado y orientado a mis alumnos en su proceso de aprendizaje, al mismo tiempo que yo iba aprendiendo junto a ellos. Mis alumnos, niños con dificultades de comunicación y lenguaje, son para mí grandes maestros, junto a los que he tenido la oportunidad de ir aprendiendo cada día. Ellos me ayudan a recuperar esa capacidad de asombro por lo que sucede, tan característica de la infancia, que permite disfrutar con intensidad el momento presente, sin centrar la atención ni en el pasado ni en el futuro… Ellos me permiten crecer como persona.

Han pasado ya bastantes años desde que empecé a ejercer como maestra, trabajando con niños que tienen limitaciones muy evidentes, a las que se denomina discapacidades; sin embargo, aunque tengan alguna discapacidad, ellos no son discapacitados; afirmar eso sería decir que no tienen ninguna capacidad. Ellos también tienen fortalezas y habilidades, aunque no sean tan visibles como sus limitaciones. Soy consciente de lo importante que es entrenar bien mi mirada de educadora, para no ver en ellos sólo esas dificultades, sino también sus posibilidades, pues este es el punto de partida que les permitirá desarrollar la autoconfianza y la autoestima, requisitos indispensables para ir avanzando en sus aprendizajes.

Como maestra he ido aprendiendo a fijar la mirada más en lo que son capaces de hacer, que en aquello en lo que muestran dificultad. Pero ser maestra no sólo requiere el entrenamiento de la mirada propia, sino que al elegir este oficio te conviertes en entrenadora de las miradas de otros. Hace ya muchos años que elegí esta hermosa profesión, pero recuerdo con claridad cómo uno de los motivos que me llevaron a hacerlo fue precisamente ése: ayudar a entrenar miradas.

  • Entrenar la mirada de los alumnos: influir en la formación de su actitud ante la vida, de su autoconcepto y autoestima.
  • Entrenar la mirada de sus familias: influir en el ajuste de sus expectativas hacia ellos.

En la familia, que es la primera escuela a la que todos asistimos, aprendemos las enseñanzas más importantes, al principio sentados en el regazo de nuestros padres, que son nuestros primeros maestros. Personalmente puedo decir que, aunque después he estudiado mucho, en ningún libro he encontrado enseñanza más grande que la que mis padres me dieron. Ellos me enseñaron algo fundamental para ser maestra, no lo aprendí en la Escuela de Magisterio, ni tampoco en la facultad de Psicología; ellos me lo habían enseñado antes. Con su palabra, con su ejemplo y actitud, me enseñaron a entrenar mi mirada de niña, tanto la que dirigía a otros como la que me dirigía a mí misma, para enfocarla más en lo positivo que en lo negativo, más en las posibilidades que en las dificultades. Aquella niña se hizo mujer y decidió ser maestra… para ayudar a entrenar miradas. ¡Qué importantes son los padres y los educadores para un niño! ¡Pueden dejar una huella imborrable en su vida!

Dice el doctor Mario Alonso Puig: «Donde ponemos la atención van nuestras emociones, va nuestra energía y se hace siempre más real para nosotros» Lo escuché contar una preciosa anécdota de su infancia, en la que relataba la consecuencia positiva que tuvo para él recordar las palabras de su padre, que le ayudaron a cambiar su actitud y a confiar en sus posibilidades. Lo escuché en una ponencia que considero de gran interés para un educador: «Podemos crear nuestro propio futuro» Quien desee escucharla puede localizar en los primeros minutos cómo relata el Dr. Alonso Puig la anécdota a la que me refiero. Al final nos explica, de forma clara y sencilla de entender, cómo la actitud influye en lo físico, cómo es importante evitar mensajes negativos, de culpa, desesperanza… por su impacto en el cerebro y en los sistemas de defensa del cuerpo.

Como educadores, debemos ser conscientes de la importancia de favorecer en los alumnos/hijos el desarrollo de actitudes que les hagan afrontar sin miedo los desafíos que se les presenten, enseñarles a enfocar bien sus miradas infantiles y a no rendirse ante las dificultades, despertando su alma, su motivación y afán de superación. Se trata de acompañarles y ayudarles en su proceso de crecimiento como personas, que puedan descubrir su verdadero potencial y creer en sí mismos, hasta llegar a afirmar como Mandela: «Yo soy el amo de mi destino, el capitán de mi alma».

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Mindfulness y Educación

Ramón y Cajal decía: «El hombre, si se lo propone, puede llegar a ser escultor de su propio cerebro».  

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Podemos utilizar el poder de nuestra mente para modelar los circuitos neuronales de nuestro cerebro. Actualmente, la ciencia está demostrando cómo la atención plena o mindfulness refuerza nuestro bienestar físico, psicológico y social. Este enfoque de la atención fomenta la salud física, favorece el equilibrio emocional, apoya las relaciones con empatía y va cambiando la arquitectura y configuración de nuestro cerebro.

En la siguiente infografía hecha con CANVA he recogido estas ideas, para destacar el interés educativo del método de mindfulness, o atención plena, desarrollado por Jon Kabat-Zinn.

Infografia-BLB-Mindfulness

 

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La educación emocional

Los maestros somos cada día más conscientes de la importancia de la educación emocional, de su relación con en el rendimiento escolar y de su gran influencia en el logro del bienestar tanto físico como psicólógico de un niño. Sabemos que no puede quedar relegada al entorno familiar y, por tanto, los programas escolares deben incluir sistemáticamente el trabajo con las emociones. Es importante que puedan comenzar en Educación Infantil a identificar en sí mismos y en otros las emociones básicas y continuar en Educación Primaria, y posteriormente en Secundaria, conociendo emociones más complejas. De este modo, durante la infancia y adolescencia realizarán aprendizajes que les ayudarán a ser personas sanas y equilibradas.

Hoy presento un vídeo de un psicólogo, Tomás Navarro, que nos habla de la salud emocional. Me parece de interés para dedicarle una entrada en este blog del mar de palabras, entre las cuales están las referidas al vocabulario emocional. En el vídeo nos explica qué podemos enseñarles a nuestros niños en relación a la educación emocional:

– Podemos enseñarles a leer las emociones propias y ajenas.
– Podemos enseñarles que tienen capacidad de amar y de ser amados.
– Podemos enseñarles a perseverar ante la adversidad.
– Podemos enseñarles habilidades de afrontamiento.
– Podemos enseñarles a descubrir su capacidad de automotivación
– Podemos enseñarles a gestionar conflictos.
– Podemos despertar su curiosidad por aprender.
– Podemos enseñarles respeto y responsabilidad.
– Podemos enseñarles a tomar decisiones.
– Podemos enseñarles a gestionar el riesgo.

En definitiva, podemos enseñarles a desarrollar competencias emocionales que les capacitarán para una vida plena, fomentando el bienestar personal y social. Las emociones SÍ importan y no se puede separar lo cognitivo de lo emocional. Es necesario que los maestros sepamos generar en nuestras aulas climas emocionales positivos y seguros, en los que nuestros alumnos puedan asumir con naturalidad los errores, aprendiendo de ellos; donde puedan aprender a colaborar con sus compañeros en trabajos cooperativos, resolviendo los conflictos que surjan y aportando cada uno aquello que mejor sepa hacer, siendo todos protagonistas activos de los aprendizajes.

«Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto», decía Aristóteles. Enseñemos a nuestros alumnos a utilizar la razón para gestionar las emociones y a darse cuenta de que lo que sienten depende, en gran medida, de lo que piensan. Las emociones inducen, en mayor o menor medida, las conductas que practican; por tanto, su adecuado manejo les hará más dueños de lo que hacen y les permitirá actuar de acuerdo a unos valores compartidos. Otro aspecto fundamental que aprenderán con la educación emocional, queda recogido en estas sabias palabras del neuropsicólogo A. Damasio: «No se pueden tomar decisiones acertadas si la emoción y la razón no van de la mano»

En una entrada próxima publicaré la curación de contenidos sobre educación emocional que estoy elaborando en Pinterest, con información diversa y recursos para utilizar con alumnos de diversas edades.

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Este es el enlace al vídeo de RTVE en el que se puede ver y escuchar a Tomás Navarro hablar de este tema.